miércoles, 26 de diciembre de 2007

Final






Estoy sentada junto a ella, tatareando aquella canción que tanto nos gustaba.
Si, esa canción que hacia que su brillo se intensificara y que mis ideas adquirieran la forma adecuada, algunas veces libélulas de miles de colores y la libertad reflejada en sus alas, otras veces nubes negras cargadas de energía, dispuestas a estallar, para luego dejar un arco iris eterno y un olor a lilas en el aire. Era tan difícil tatarear esa canción sin ella, viéndola sufrir, al debatirse entre la existencia.

Cuando de un momento a otro abrió sus ojos, estiro sus brazos como buscando a alguien, y musitó, -TE DEJO IR-

En ese momento, mi reacción fue la de tocarla, moverla, zarandearla con fuerza y gritar:
-Amiga dime: ¿QUE SUCEDE?, ¡POR FAVOR DESPIERTA!-

No soportaba más esa situación, cada vez perdía más de su esencia; se veía como un recuerdo, una foto olvidada en algún baúl, que por falta de ser contemplada deja entrever los destinos fantasmagóricos de quienes fueron retratados.

Ya no era la misma, (pensé) -tú lo sabes, ya no puedo ser igual- me respondió.

-Nuestro camino se termina, no puedo acompañarte mas, la llama de mi existencia se consume con cada respiro tuyo, y no puedo pedirte que dejes de respirar.

¿Sabes? Creo que he cumplido con mi destino, y creo que es momento de que sepas cual es:
Mi destino no era, el de inspirarte solamente...
Mi destino era... El que dejases de ser egoísta con el mundo, que compartieras una parte de ti con otros, que le restaras importancia a tu constante banalización de lo que piensas y que te liberaras...

Tal vez pienses que es muy pronto para esto; pero ha llegado el tiempo...-

En ese momento levanta su cabeza, me mira con la ternura de alguien que esta tranquilo, que sabe perfectamente cual es el paso a seguir, con la dulzura inmensa del que tiene claro su destino y esta gustoso de cumplirlo.

-Mi ultimo consejo es: debes dejar de poner esperanzas, en ti, en los demás, en el futuro, en el pasado, debes tener valentía de enfrentarte a las cosas, de sentir que vale la pena vivir el momento sin pensar en lo que pueda pasar, no te ates! disfruta de cada detalle por insignificante que parezca, tienes una sola oportunidad de vivir y por estar E-S-P-E-R-A-N-D-O no estas haciendo lo mas importante; disfrutar cada respiro, cada caricia que te regala el viento y todo lo que hace que la vida se hermosa con todo y dolor, días grises y noches sin estrellas.
No es un cambio fácil eso lo se, pero debes hacerlo.

Por favor no te entregues de nuevo a la desesperanza, te demostré que si es posible vivir si ella y se que en este momento nos acompaña... La siento, aún cuando no puedo verla; despídete, déjala ir, deja que retorne a su sitio y descanse como es debido, tal vez en algún instante regrese, pero sé que podrás manejar sus embates-

Allí, envuelta en el halo de tranquilidad que mi musa me daba, con una claridad inmensa, -la que solo ella podía darme- descubrí que era cierto, su misión estaba por terminarse, yo había cambiado poco a poco, pero el cambio ya estaba hecho. En ese preciso momento levante mi vista y vi la primera estrella de la noche, radiante como siempre encantadora como nunca, creo que se alegraba de lo que había presenciado y con un leve parpadeo me anunciaba su compañía.

De un momento a otro, sentí como mi cuerpo se elevaba, como el viento me acariciaba y me hacia sentir tan ligera como una pluma, como un pensamiento de un enamorado, libre de andar por los caminos que las estrellas gustosas me entregaban...

Y fue en ese instante que sucedió; tal como recordaba a mi musa, se coloco a mi lado, tal vez estaba mas hermosa de cómo la recordaba, no lo sé, ya he eternizado ese instante.
Caminamos durante un trayecto y todo fue mejor que antes; las ideas fluían como sangre por mis venas.

En un punto cercano al horizonte me invito a ver hacia atrás, y vi como cada una de las partes de mi vida se colocaban en un mosaico, -como un cuadro hermoso- y me dijo:
-recuerda, para poder crear tan bella obra necesitas todos los colores, no te olvides de ninguno. Pero deja de pintar en blanco y negro-

Al terminar de pronunciar esas palabras, un estallido de color, aromas y acordes, me envolvió y cuando mis sentidos pudieron asimilar todo ello, observe que estaba sola... retornando a casa, con una paz inmensa, un poco más ligera de las cargas auto impuestas, con una sonrisa dibujada en mi rostro.

Y en ese preciso instante con la claridad del amanecer, antes de que suene el despertador abro mis ojos...


Jairo Anibal Niño

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